Princeps

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Photo by Paweł Furman on Unsplash

La teoría de las formas políticas no es un tema fácil de tratar, teniendo en cuenta que los estudiosos no han llegado a un consenso. Una de las reflexiones más arraigadas entre los pensadores clásicos se basa en que las formas de gobierno se suceden unas a otras cíclicamente: la monarquía degenera en la tiranía, que es reemplazada por la aristocracia; la aristocracia deriva en la oligarquía, que es derrocada por el pueblo. Y como el gobierno popular demanda un líder, el poder recae en manos de un nuevo príncipe  y así sucesivamente. Es el círculo vicioso de la política.

En la historia de la organización política de España se observa una evolución parecida a la descrita anteriormente: la monarquía española del siglo XIX, la dictadura franquista tras la guerra civil, la transición, la nueva democracia y el poder de los líderes actuales. Asistimos a una época de auge de los líderes políticos debido en parte a la influencia americana y al auge del populismo tras la crisis económica

La americanización de la política afecta a los discursos de algunos líderes mundiales. España ha importado las técnicas y métodos del marketing político de EEUU para lanzar los programas de los partidos y las campañas electorales. La buena imagen de los líderes norteamericanos, la calidad retórica, el uso de pausas, la modulación de la voz, la elección de determinadas palabras, incluso el ritmo musical del lenguaje son algunos de los trucos que transforman el discurso en una canción y convencen  a cualquiera aunque no entienda el idioma. Mención especial merecen los lemas comercializados de los candidatos como es el caso del famoso Yes we can, castellanizado por Podemos. Pero en España, a diferencia de los EEUU, los ciudadanos votan a los partidos, no a los líderes. Sin embargo, algo está cambiando tras la irrupción de Podemos, cuyo único líder ha conseguido canalizar desde arriba la base social del partido. 

Por otra parte, la influencia de las prácticas populistas de los líderes latinoamericanos en los discursos políticos españoles se ha convertido en un fenómeno viral que está impulsando una nueva forma de comunicación con el ciudadano. La RAE no recoge el término de populismo pero sí el de populista, que lo define como “perteneciente o relativo al pueblo”. El concepto de populismo se utiliza frecuentemente para hacer referencia a aquellos movimientos que rechazan los partidos políticos tradicionales a través de discursos combativos y revolucionarios; se alimentan del descontento de los ciudadanos para atraer a votantes con distintas sensibilidades, como está ocurriendo actualmente en Grecia y España.

¿Nos encontramos en la era de los nuevos príncipes? Ha comenzado la campaña electoral y los líderes políticos preparan sus convincentes discursos. Pero como decía Maquiavelo «los príncipes que han hecho grandes cosas son los que han dado poca importancia a su palabra«.

 

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Manuel Hdez. dice:

    Todos los Príncipes que han arribado a la política y se han convertido en grandes líderes mundiales han llegado a ella de la mano de la Democracia, en momentos en los cuales la situación sociopolítica era tan débil que había desacreditado a áquella, creándose un caldo de cultivo propicio para generar expectativas y cantos de sirena que demostraron ser populismo del barato al poco tiempo. Así lo señalaba el propio Maquiavelo en el siglo XV en su libro del mismo título.
    Así sucedió en la Cuba de los barbudos, que tras dos años de nacionalizaciones de la riqueza que producía el Estado ya pasaban hambre. Así sucedió en la China Popular de Mao, que tras la Revolución Cultural comprobaba los millones de muertes anuales de inanición. Pero no, no me voy al pasado, sino a los populismos iberoamericanos que nos tocan más de cerca.
    Estos Princeps, q salieron victoriosos en las urnas propagando lo que el ciudadano en ese momento quería escuchar degeneraron sus liderazgos en dictaduras y sus economías en pobrezas.
    En España, el sistema político se ha equivocado gravemente en numerosos puntos y la corrupción ha sido la punta del iceberg en la desesperación ciudadana. Pero cabe estar alerta de los nuevos chavistas, Princeps que a la larga nos convertirán en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina y su corralito o la fracasada Brasil.
    Peor el remedio que la enfermedad.

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  2. Ha ocurrido lo que todos nos temíamos: los partidos populistas han llegado a España. Los discursos se basan en el descrédito del contrario, no aportan soluciones a los problemas sociales y, lo peor de todo, engañan a los ciudadanos con propuestas y promesas jamás cumplidas. La era de los Princeps nace por la crisis del sistema. Sálvese quien pueda…

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