Crónicas made in USA (7)

¡Pasando del Big One!

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Fotografía: Sasha • Instagram.com/sanfrancisco en Unsplash

Los sismólogos esperan la llegada del Big One, también conocido como ´El Grande´, un supuesto terremoto de escala superior a los 8,1 grados Richter, de tres a cinco minutos de duración, que afectaría a la falla de San Andrés y destruiría el dorado estado de California. Por lo visto, los servicios de emergencia son los únicos que parecen estar preparados para el gran seísmo mientras que el resto de la población pasa del terremoto y prefiere ignorar el problema hasta que no lo sientan de verdad en sus propias carnes.

Son las diez de la noche y la aplicación del tiempo de mi móvil marca treinta y seis grados. La humedad es tan alta que cuesta respirar. Abro la ventana para ventilar la habitación pero debo cerrarla de inmediato al escuchar los gritos, cánticos y risotadas provenientes de una fiesta del edificio de en frente.

<Está claro que hoy no duermo>, presiento mientras me dispongo resignada a ver una película en Netflix. Hay tanta variedad que no me decido, así que termino viendo la de siempre, «Jurassic Park», para recrearme en mi escena favorita: cuando el Tiranosaurio Rex se come al abogado en el baño.

La una de la madrugada. Con los ojos semiabiertos y un rastro de baba sobre mi almohada, intento mantenerme despierta para llegar al final de la película. Es entonces cuando escucho durante varios minutos un misterioso zumbido.

—¡Lo que me faltaba! El vecino enchufando la lavadora a estas horas —protesto mientras me tapo la cabeza con las sábanas en un vano intento por evadirme del ruido.

De pronto, comienza a moverse la cama y puedo oír el tintineo de las botellas de vidrio del frigorífico. Miro hacia mi mesita de noche y pienso que estoy soñando con la escena del vaso de agua moviéndose al ritmo de los pasos del tiranosaurio anunciando su visita, excepto por el hecho de que estoy despierta y esto es ¡un terremoto!

Salto de la cama para buscar a mis compañeras de piso y comentar de forma jocosa lo sucedido cuando me encuentro a una de ellas, aterrorizada, debajo del marco de la puerta del baño, balbuceando en coreano.

—¡Tranquila, Kyoka! Ha sido un pequeño terremoto y ya ha pasado —le comunico entre risas para intentar calmar su histeria.

Nos quedamos un rato hablando en el sofá atentas a nuestros móviles para leer los comentarios de la gente en Twitter, además del meme de Julio Iglesias con el mensaje: “Hace tiempo que tu cama no se meneaba tanto… ¡Y LO SABES!” y otro que decía: “Like, si el temblor te pilló en el baño”.

Este seísmo ´sólo´ ha tenido una intensidad de 5,2 grados. Aunque no hay nada de qué preocuparse, no es plato de buen gusto. Y si no que se lo digan a mi padre, que tiene una neura con los terremotos. El último que se sintió en Pamplona lo vivió como si estuviéramos en el mismísimo Tokio. Vino a toda velocidad a mi habitación para saber si me encontraba bien. Por suerte, yo estaba en el quinto sueño.

En fin, este movimiento sísmico no sólo me ha servido para tomar conciencia de la fragilidad humana ante la madre naturaleza sino también para darme cuenta de que, si por fin llega el tan temido ´Big One´, me va a pillar sin un pijama decente con el que salir a la calle.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Eva dice:

    que miedo los terremotos! alli esperan uno gordo desde hace años y no entiendo como siguen ahi

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    1. ¡Hasta que no llega no se preocupan!

      Me gusta

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