Soy Paula Santolaya, informando en directo desde SANTOLIVE en mi realidad virtual. ¿Tienes comentarios, opiniones o sugerencias? Puedes dejarlos en la sección de comentarios o escribirme un email ainfo@santolive.com.
En los últimos años, asistimos a numerosos avances tecnológicos que causan un profundo impacto disruptivo no sólo en los sectores de la economía sino también en la manera de relacionarnos las personas. Los cambios asociados a la Cuarta Revolución Industrial tienen que ver fundamentalmente con el uso de la Inteligencia Artificial o robótica aplicada a la industria, la sanidad, el transporte o las fianzas, entre otros ámbitos.
Pero desde el punto de vista artístico, las máquinas también son capaces de producir creaciones artísticas por sí mismas. Es el caso del proyecto The Next Rembrandt, cuyos artífices diseñaron un algoritmo capaz de analizar todas las obras del pintor holandés y generar un nuevo cuadro con su mismo estilo. Esta experiencia planteó un dilema: las creaciones generadas autónomamente por máquinas ¿están sujetas a derechos de autor? Y, en su caso, ¿a quién debería atribuirse la titularidad de esos derechos? Para zanjar esta disyuntiva, Reino Unido ha conseguido la aprobación de una ley que atribuye la titularidad de los derechos a una persona, física o jurídica, o al grupo de personas que se encuentran detrás de la máquina. En contra de este veto, un equipo internacional de expertos legales ha instado a las autoridades de patentes de todo el mundo a reconocer legalmente la autoría de una Inteligencia Artificial.
El caso de Reino Unido ha generado un nuevo debate sobre el papel de las máquinas en los procesos creativos. Sin embargo, todas las legislaciones del mundo coinciden, aunque no de forma explícita, en que el autor debe ser un ser humano. En España, es urgente establecer unas normas jurídicas que se adapten a las nuevas realidades éticas que plantea el ya imparable crecimiento tecnológico.
Yo creo qué si
Bastante cuesta desarrollar una máquina y la haces con el objetivo de mejorar lograr hallazgos bien en medicina, ingeniería, esas patentes tienen un coste y deben amortizarse. Si no se frenaría la inversión
Tienes toda la razón. En principio, la titularidad de los derechos de autor sobre las obras generadas por máquinas sólo pueden atribuirse a la persona que se encuentra de la máquina. Pero hay una excepción: si no existe ninguna persona que haya contribuido específicamente en la producción de la obra, ésta no contaría con protección y formaría parte del dominio público. Interesante, ¿no?
Muy interesante, como siempre, Paula.
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¡Muchas gracias, Pilar! 😃
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Yo creo qué si
Bastante cuesta desarrollar una máquina y la haces con el objetivo de mejorar lograr hallazgos bien en medicina, ingeniería, esas patentes tienen un coste y deben amortizarse. Si no se frenaría la inversión
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Tienes toda la razón. En principio, la titularidad de los derechos de autor sobre las obras generadas por máquinas sólo pueden atribuirse a la persona que se encuentra de la máquina. Pero hay una excepción: si no existe ninguna persona que haya contribuido específicamente en la producción de la obra, ésta no contaría con protección y formaría parte del dominio público. Interesante, ¿no?
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Pero eso no puede ser! Perjudicaría a los artistas porque los precios de sus obras bajarían y su labor desaparecería
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Bueno, yo creo que a la larga, la gente siempre va a estar dispuesta a pagar más por una obra creada por una persona que por una máquina
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