
Soy Paula Santolaya, informando en directo desde SANTOLIVE en mi realidad virtual. ¿Tienes opiniones o sugerencias? Puedes dejarlos en la sección de comentarios o escribirme un email a info@santolive.com.
Dice el refrán español que “nadie da duros a cuatro pesetas”, y es también aplicable a Internet. Acciones tan cotidianas como conectarse al correo electrónico, publicar una fotografía en una red social, buscar un viaje, comprar unas deportivas, consultar el tiempo, conectarnos a Zoom o utilizar cualquier aplicación descargada en nuestro móvil, aunque sea tan inocente como permitirnos saber cómo seremos de mayores, no son gratuitas porque las pagamos con nuestros datos personales.
Esta información —a primera vista poco relevante— es un tesoro para empresas y gobiernos, que la utilizan para promocionar sus productos comerciales o influir en las campañas electorales.
Expertos en la materia calculan que este modelo de negocio mueve actualmente más de 700.000 millones de euros y va en aumento. Pero además, existe un mercado negro de venta de datos en la Deep Web: la red oscura utilizada por todo tipo de delincuentes para evitar a la policía. Kaspersky, la mayor compañía internacional dedicada a la seguridad informática, ha publicado un estudio sobre el acceso a los datos personales y calcula que nuestra identificación personal vale medio dólar. Un negocio redondo para los ciberdelincuentes que obtienen grandes beneficios realizando actividades maliciosas a través de la suplantación de nuestra identidad.
El Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y el Consejo, y su transposición en España a través de la Ley Orgánica 3/2018, tratan de proteger los datos de Internet del usuario pero su aplicación resulta muy complicada, especialmente en las plataformas gratuitas. Por eso, la legislación debería ahora obligar a los servicios de Internet a dar la opción de permitir al usuario decidir libremente si quiere intercambiar sus datos personales o rechazar las ‘cookies’, pues a través de ellas obtienen los perfiles de la gente. Hasta entonces debemos ser cuidadosos cuando naveguemos por la red, porque nuestra información personal está a la venta. No olvidemos que nada es gratis en Internet.