Hace años, en el mundo de la comunicación audiovisual, ser famoso no era tarea fácil: requería talento, esfuerzo y, además, mucha suerte. En la actualidad, cualquiera puede hacerse una estrella mediática de un día para otro a través de la simple difusión de un curioso o polémico vídeo. ¿Quién no ha visto la famosa bofetada del cara anchoa o la paloma que impacta en la cara de un hombre en la nueva atracción de Port Aventura? Y lo último en tendencias de internet, como el meme de “My name is Jeff”, que hace referencia a una frase pronunciada en falsete por el actor Channing Tatum en la película Jump Street.

Pero, ¿por qué estos vídeos se hacen virales? Para Kevin Alloca, gerente de tendencias de Youtube, este hecho depende de tres elementos: los creadores de tendencias, las comunidades creativas y el factor sorpresa.

Los creadores de tendencias son individuos que graban un hecho concreto y lo difunden en Internet. El vídeo no hace falta que sea ni creativo ni elaborado; de hecho cuanto más espontáneo, más popular se hace.

Las comunidades creativas de participación juegan un papel importantísimo en la difusión del contenido, pues generan miles y miles de visitas. En numerosas ocasiones, estos grupos de influencers (influyentes en la red), acaban creando diferentes versiones del vídeo original. Un ejemplo es el famoso “… y lo sabes”.

El factor sorpresa es fundamental para convertir un vídeo en viral. El contenido suele ser inesperado y novedoso; no se ha visto nunca, aunque siempre haya estado ahí.

En definitiva, todo el mundo puede llegar a ser famoso a través de un insustancial vídeo. Lejos queda el valor del esfuerzo y el trabajo de los profesionales. En esta nueva cultura de Internet todos somos dueños de la comunicación audiovisual y esclavos del like. Todo vale por un minuto de gloria.